Un día por los Valles Pasiegos

En Gailurretan contamos con un enclave privilegiado. Nuestra casa rural se ubica en un rincón natural al occidente de Bizkaia en la frontera con Cantabria. Un lugar que además de su riqueza natural, cultural y gastronómica, te ofrece la posibilidad de aprovechar vuestra estancia para hacer un sinfín de excursiones. Entre ellas y a poco más de unos 60 km os proponemos una ruta circular de un día por los Valles Pasiegos.

Ruta por los Valle Pasiegos.

Esta ruta circular para realizar en automóvil te permite disfrutar y adentrarte en los contrastes y singularidades de esta comarca cántabra: valles intrincados, prados de intensos verdes, bosques con sus propias fábulas, altas montañas, incontables cabañas y pequeños pueblos diseminados que conservan una ancestral forma de vida.

Las tierras pasiegas están pobladas desde hace siglos, y eso se refleja en el paisaje de sus valles, que componen una unidad en lo relativo a la caracterización cultural y social de su comunidad campesina.

Breve historia de los valles pasiegos.

Antes de disfrutar de un día por los Valles pasiegos permítenos contarte algunas cuestiones para comprender mejor la belleza y idiosincrasia de esta comarca.

El término pasiego no se refiere únicamente al habitante de los Valles pasiegos. Este gentilicio define en origen una cuestión geográfica, el Pas era el río de paso (passus) porque en su cabecera, la ruta de Lesa o Aguasal permitía sortear la difícil orografía de la Cordillera Cantábrica cuando se retiraba la nieve de los puertos, y comunicaba esta zona de Cantabria con las merindades de Castilla.

En los Valles pasiegos persisten formas de vida tradicionales de gran interés, propiciadas por el aislamiento del medio geográfico debido a un relieve sumamente agreste y un clima frio y húmedo. Así, la vida pasiega ha estado ligada a la ganadería trashumante de vacuno, con un tipo de construcción autóctona la cabaña pasiega.

Trashumancia: La Muda.

Destaca una especial forma de trashumancia, la llamada Muda. Consiste en el desplazamiento de los animales con la llegada de la primavera a los pastos de altura, retornando a sus casas del valle con la llegada del otoño. Para ello se trasladan tanto los animales como las personas con todos los enseres, de cabaña en cabaña, hasta el punto que las familias pasiegas podían tener tres o cuatro cabañas distribuidas en distintos lugares según las zonas de pasto de ganado. Se trata por lo tanto de un pueblo seminómada y trashumante, si bien esta muda se mantiene siempre en el ámbito de los valles.

La Cabaña pasiega.

La cabaña pasiega, adaptada a su función de vivienda y establo temporal, es muy característica, con su cubierta de lastras de piedra arenisca oscura y su prado bien cercado. La vivienda consta de dos pisos: el inferior o establo y el superior, al que se accede por una escalera exterior, llamada patín, que sirve de almacén y habitación. El calor de los animales del piso de abajo sirve de calefacción para las personas que habitan en el segundo piso. Además presentan una rústica balconada de madera y se construyen herméticas para protegerse de los fríos vientos del norte.

Os llamará también la atención el tipo de poblamiento, sumamente disperso por la gran cantidad de pequeños barrios y por la separación de las cabañas entre sí. Se dividen en dos tipos, las temporeras y las vivideras. Las primeras se utilizan en las épocas de mayor rotación del ganado por los pastos, y las segundas, más solidas y mejor dotadas, se dedican a la vivienda en la temporada invernal. Muchas de ellas se ubican en lugares donde solo es posible acceder a pie.

Las Tres Villas Pasiegas: San Pedro del RomeralVega de Pas y San Roque de Riomiera son el mejor ejemplo de este modo de vida.

Mapa e itinerario por los Valles Pasiegos.

El recorrido que te hemos preparado para conocer en un día los Valles Pasiegos es de unos 90 km. Para ello, partiremos de Gailurretan tomando la autovía A-8 dirección Torrelavega (Santander). Luego nos adentraremos en sinuosas carreteras con bellos paisajes naturales que transitan por los valles de Pisueña, Toranzo, Pas, Carriedo y Miera. Atravesaremos típicos pueblos como Puente Viesgo, Vega de Pas, Selaya o Villacarriedo, para finalizar en el municipio de Liérganes, de nuevo junto a la A-8.

Valle de Pisueña: Castañeda.

La ruta parte desde la localidad de Castañeda, en la comarca del Pisueña, situada en la N-634. En este término municipal se encuentra una de las obras más importantes del románico en Cantabria, la Colegiata de la Santa Cruz. Se localiza en el barrio de Socobio junto al cementerio, rodeada de árboles muy notables. Fue levantada en el siglo XII, aunque tiene algún añadido posterior.

Puente Viesgo.

En el pueblo de Vargas tomaremos la N-623 hacia Puente Viesgo, localidad junto al Río Pas donde se encuentran las Cuevas del Monte Castillo, importante yacimiento prehistórico que alberga muestras de pinturas rupestres de hasta 30.000 años de antigüedad. Desde el siglo XVIII, cuenta con un balneario que aprovecha las aguas medicinales del manantial. Además posee una interesante iglesia construida en la década de los cincuenta. Junto a ella se alza el precioso Palacio de Fuentespila, actual Ayuntamiento, de corte regionalista.

Valle de Toranzo: Ontaneda y Alceda.

Continuando hacia el sur, dejaremos atrás San Vicente de Toranzo, puerta de entrada al hermoso Valle de Anievas, y llegaremos a Ontaneda y Alceda. Localidades que resaltan por su conjunto histórico de bellas casonas blasonadas.

En Bárcena de Toranzo se encuentra la Alfarería del Pas, un pequeño taller artesano y familiar donde se elaboran producciones limitadas de piezas tradicionales de la alfarería cántabra, bañadas en blanco.

Valle de Pas: Vega de Pas.

Desde Entrambasmestas, tomamos la CA-263 hacia Vega de Pas, capital de las villas pasiegas, donde podrás disfrutar de un espectacular entorno. Sus monumentos más significativos son la iglesia parroquial del siglo XVII y el sanatorio del Doctor Madrazo, de principios del XIX y obra singular en su época. La plaza de Vega de Pas concentra también una gran belleza arquitectónica por sus tradicionales construcciones con balconadas y calles empedradas.

No nos debemos olvidar de la repostería artesanal basada en la fabricación de los típicos sobaos y quesadas. Ambas gozan de un reconocido prestigio pudiéndolas encontrar en diversos obradores que las elaboran siguiendo la receta tradicional pasada de generación en generación.

Valle de Carriedo: Selaya y Villacarriedo.

Por la CA-262 y atravesando el Puerto de la Braguía se llega al valle de Carriedo. En su centro geográfico se encuentran los municipios de Selaya y Villacarriedo. Dos localidades destacadas por su arquitectura civil. En Selaya se ubica el palacio de Donadío. En Villacarriedo podemos ver el palacio barroco de Soñanes, el ejemplo más valioso de este estilo arquitectónico en la región. Edificado en el siglo XVIII, el palacio presenta dos impresionantes fachadas, profusamente decoradas. Junto al palacio, el colegio de los escolapios, donde se formaron importantes personajes de Cantabria, y que ha funcionado de forma ininterrumpida desde su fundación en 1746.

En cualquiera de estas dos localidades podemos hacer un alto en el camino para comer y reponer fuerzas con un típico cocido montañes por ejemplo.

Valle de Miera: San Roque de Riomiera.

El valle del Miera, con angostas gargantas excavadas en la roca por el río, es el más cerrado de la región, y en su encabezamiento se halla un circo glaciar. San Roque de Riomiera es una de las tres villas pasiegas. Zona eminentemente ganadera, con gran riqueza de pastos, al pie del Portillo de Lunada. Ofrece bellísimos parajes que en invierno, por su altitud, registran nevadas copiosas. El paisaje y los poblamientos rurales con sus típicas cabañas pasiegas son sin duda su principal atributo.

Partiendo de San Roque de Riomiera por la CA-260 se encuentra Liérganes.

Liérganes.

El final de la ruta de un día por los Valles Pasiegos es el momento adecuado para visitar Liérganes. Este núcleo urbano está asentado a los pies de dos pequeñas elevaciones: Marimón y Cotillamón, conocidas popularmente como “Las Tetas de Liérganes” por su parecido antropomorfo.

De indudable relevancia resulta el Barrio de El Mercadillo. Conjunto urbano, declarado de interés histórico-artístico nacional en 1978, concentra una valiosa arquitectura clasicista de los siglos XVII y XVIII, fruto del auge económico que la fábrica de artillería propició en ese período en la comarca. Además de las casonas populares de largas balconadas adornadas con flores, destaca el Palacio de Rañada, la iglesia de San Sebastián, la parroquial de San Pedro Ad Víncula, las casas de los Setién y los Cañones, las capillas del Humilladero y el Carmen y el puente nuevo. Si bien, el monumento más importante del municipio es el museo-palacio de Elsedo, ubicado en Pámanes. Una de las joyas arquitectónicas de la geografía regional que data del siglo XVIII.

Enlace:

Pueblos bonitos de Cantabria

5/5 - (1 voto)

Deja un comentario