Sainz Indo, ilustre carranzano y benefactor.

En junio de 2023 acontece el 200 Aniversario del nacimiento de Miguel Francisco Basilio Sainz Indo. Ilustre carranzano y benefactor del Valle, más conocido como Miguel Sainz Indo.

Primeros años de Sainz Indo.

Nació un 14 de junio de 1823 en el barrio de Lanzas Agudas, de la localidad vizcaína del Valle de Carranza. Era el menor de los nueve hijos del matrimonio formado por Miguel Sainz Torre y Francisca Indo Bernales, ambos naturales igualmente de este valle encartado. Fue bautizado en la iglesia parroquial sita en dicho barrio consagrada a Santiago Apóstol.

Lanzas Agudas está situado en el sur de Carranza, en las faldas de los montes de Ordunte, con prados en pendiente, mucho arbolado (castaño, haya, roble y abedul) y eminentemente ganadero (ovejas, vacas y yeguas). Esta última circunstancia unida a que procedía de una familia humilde, de escasos recursos económicos, sólo pudo acudir a la escuela de Aldeacueva a aprender los rudimentos de la enseñanza, propició que emigrara a temprana edad a Madrid.

Partida a Madrid.

En Madrid, como tantos otros se acogió al amparo de un pariente comerciante, tío suyo. Así, comenzó a trabajar con gran tesón y disciplina como dependiente en una ferretería que con los años acabó siendo de su propiedad.

Posteriormente emigró a Cuba, acumulando una gran fortuna. Más tarde retornó a Madrid, donde se estableció definitivamente. A su regreso realizó audaces y hábiles inversiones bursátiles aprovechando el desarrollo de la Bolsa y, sobre todo, inmobiliarias.

En este sentido, destaca la compra entre 1858 y 1864 de unos terrenos a las afueras de la ciudad, convencido de que Madrid crecería hacia el norte al amparo del cambio de uso decretado por las normas del Ensanche en 1860, lo que en la actualidad constituye parte del Paseo de la Castellana.

Cuando esto fue una realidad, construyó su vivienda palacio y atrajo a los inversores. Convirtió el arrabal en un barrio de lujo para las familias adineradas y revendió las parcelas amasando aún una mayor riqueza.

En la década de 1870 era ya un hombre con negocios en América y en la Península. Simbolizaba al burgués hecho a sí mismo a partir del trabajo y la astucia inversora., Un  modelo de buena administración de un patrimonio territorial.

Todo ello favoreció su notable ascenso social, llegando a relacionarse con lo más granado de la sociedad, incluido el círculo de la familia real. Fue amigo del Marqués de Salamanca, destacado aristócrata e importante bolsista y financiero durante el reinado de Isabel II.

Palacio Indo en Madrid.

Miguel Sainz Ind0 comenzó a comprar tierras hasta reunir un total de 22 hectáreas alrededor del Paseo del Cisne, actual paseo de Eduardo Dato en el barrio de Chamberí. Estos terrenos provenían fundamentalmente de  propiedades de órdenes religiosas afectadas por la Desamortización. Pero le faltaba aún cumplir un sueño que pusiera la guinda a su triunfo social, construirse un palacio que reflejara su poder e influencia.

Así, en 1866 se construyó para su residencia, el llamado palaciode Indo”, en una parcela adquirida al Ayuntamiento en 1864 conocida como la Huerta de España. Se situaba entre la citada avenida del Cisne y la calle Jenner, con fachada al Paseo de la Castellana y que llegaba hasta la actual plaza de Rubén Darío.

Un palacio en la Castellana

No reparó en gastos a la hora de construir su palacio. El inmueble contaba con tres plantas rematado por una balaustrada. Su interior estaba decorado con las numerosas obras de arte que había acumulado. Se ubicaba sobre una pequeña elevación en el centro de la finca y estaba rodeado de un amplio jardín que contaba con invernaderos o estufas. Estaba vallado con una verja de hierro fundido. El repertorio ornamental venía sin duda importado desde Francia. El palacio de Indo era una de las maravillas del Nuevo Madrid nacido en 1868, consiguiendo el objetivo de deslumbrar a los madrileños.

Palacio de Indo fotografiado por J.Laurent, obtenido de Wikipedia.

Así lo reconocía el periodista, político y urbanista, Ángel Fernández de los Ríos en su guía de 1876 al incluirlo entre los más deslumbrantes palacios de la nueva aristocracia. Consideraba este nuevo palacio un digno reflejo de los hotelitos de los Campos Elíseos de la capital francesa que siempre quiso ver imitados en Madrid. Lo destacaba por su larga verja, su esbelta portada, sus esmerados jardines y sus grandes dimensiones.

En 1901, ya fallecido Saiz Indo (1876), incluso su sobrino y heredero del palacio Joaquín Ortiz Sainz (1899), fue adquirido por el duque de Montellano. Pronto lo derribaría para construir uno a su gusto, conocido como el palacio de Montellano. Durante la Segunda República Española fue residencia oficial de la Embajada de Estados Unidos. Posteriormente, tras la finalización de la Guerra Civil los duques de Montellano volvieron a residir en el palacio. Aunque volverían a abandonarlo en los años 50 para cederlo como residencia al entonces príncipe Juan Carlos de Borbón. En 1964, el Ayuntamiento de Madrid estudió comprarlo para instalar su sede institucional, pero no se llegó a hacer efectivo. En 1966 este segundo palacio es demolido y su solar lo ocupa hoy el edificio La Unión y el Fénix. Parte del jardín se respetó, en su interior perviven dos cedros, dos plátanos y una sófora. ​

Barrio Indo en Madrid.

Por otra parte, Sainz Indo promovió la construcción de una serie de hoteles o palacetes en el resto de tierras adquiridas en el Ensanche Norte, en el lado izquierdo de la Castellana. Estas edificaciones tuvieron una cierta unidad arquitectónica al haber sido proyectados todos ellos por el joven arquitecto Agustín Ortiz de Villajos en un estilo ecléctico muy personal que en Madrid se conoció como “estilo Villajos”.

En concreto, Sainz Indo le encargó el diseño de ocho hoteles que se distribuirían en sendas parcelas al norte de su lujosa residencia, al otro lado de la actual calle de Eduardo Dato y hasta el paseo del Obelisco, hoy General Martínez Campo. Entre ambos paseos entonces sin urbanizar se trazó un nuevo vial que circunvalaba estas parcelas. En 1874 esta nueva calle tomó el nombre de Lanzas Agudas, en recuerdo del pueblo en que nació. Posteriormente, en 1888 pasa a denominarse Rafael Calvo en distinción del actor sevillano que falleció ese año y vivió en la vecina calle de Fortuna esquina con esta calle.

La construcción se hizo en dos fases entre 1870 y 1877. Primero atacó cuatro parcelas que tenían su entrada por el Paseo de la Castellana. Luego abordó las otras cuatro que daban al Oeste, con puerta hacia una calle que aún no había sido trazada y que hoy es llamada Fortuny.

Estos lujosos edificios unifamiliares destinados a su alquiler a aristócratas y clases pudientes formaron lo que se llamó el Barrio de Indo. Uno de los más exquisitos y elegantes de Madrid.

barrio de Indo
Superposición de planos de Madrid en 1875 y 2022.

La instalación de este barrio exclusivo sobre la urbanización de los terrenos colindantes al palacio de Indo, la calidad de los edificios construidos y la pertenencia social de sus habitantes, hacen de los solares que rodean a los hotelitos de Indo uno de los espacios más codiciados del Ensanche. El barrio se convirtió en punto de atracción inmobiliaria y especulativa.

Orígenes del barrio de Almagro

A pesar que ninguno de estos hotelitos ha sobrevivido al paso del tiempo como ocurrió con el palacio Indo, este entorno se ha constituido en el origen de uno de los barrios más bonitos de Madrid, el barrio de Almagro, una zona señorial de Chamberí con un aire afrancesado, conocido como el París castizo. Y Miguel Sainz Ind0 su promotor.

En esa época fue cuando el Paseo de la Castellana se configuró como una calle más de la ciudad. Aqui comenzó su transformación en una de las principales avenidas de la capital, llamada a ser el escenario de poder y riqueza en el Madrid del futuro.

Fuera del barrio de Almagro sólo poseía inmuebles en el casco madrileño y en San Sebastián.

Palacio Indo de San Sebastián.

Además de en Madrid Miguel Sainz Indo también poseía otra residencia en San Sebastián. Esta residencia que mandó construir 1865 era igualmente conocida por palacio Indo. Estaba situada en la calle Oquendo esquina con Camino.

Fue monsieur Gibert quien en mayo de 1869 consiguió la licencia municipal para convertirlo en Casino, arrendando el edificio por 10.000 duros anuales.  Se trataba más bien de un Casino de Recreo, donde la tertulia imperaría. Las familias pagarían 15 pesetas por un mes o 40 por toda la temporada si querían pertenecer a él. Este casino Indo coincidió en el tiempo con el primer casino Kursaal establecido en el palacete Balda Matheu, actual Hotel Londres.

El Casino Indo fotografiado por J.Laurent.

Una vez prohibido el juego, en 1923, fue comprado por el marqués de Bellamar, pasando a ser denominado como palacio Bellamar. Posteriormente fue la sede del Gobierno Civil de Gipuzkoa hasta que en el año 1956 se inauguró el construido en el barrio de Amara. Tras el derribo de la casa, en el solar se levantó un nuevo edificio destinado a la Delegación de Hacienda.

El legado de Sainz de Indo.

Miguel Sainz Indo falleció el 29 de septiembre de 1876, de una enfermedad de corazón a los 53 años de edad, en su palacio de Madrid rodeado del cariño y el agradecimiento de sus sobrinos. Gratitud derivada de la generosidad mostrada años antes hacia ellos por parte de su tío Miguel.

Entre todos los hermanos, Miguel Sainz Indo tenía una especial predilección por Manuela y Catalina. Ambas estaban casadas a su vez con dos hermanos, Juan y José Ortiz Palacio, de familia hidalga de Carranza. Al fallecer prematuramente los progenitores de una y otra familia, Miguel Sainz Indo acogió en su palacio de Madrid a los numerosos sobrinos que habían quedado huérfanos. Se ocupó de su educación y cuidado. Manuela tenía ocho hijos y Catalina cinco.

Al ser soltero, una buena parte de sus sus propiedades y fortuna fueron heredadas por sus sobrinos. Así por ejemplo, el mayor de todos ellos, Joaquín Ortiz Sainz, heredó el palacio de la Castellana.

Curiosidades del legado.

Se da la curiosidad, que uno de los sobrinos fue excluido de la herencia, en concreto Juan Ortiz Sainz, hijo de su hermana Catalina. Se cuenta que quizás se debiera al hecho que permaneciendo soltero y siendo ya mayor Don Miguel conoció a una señorita con la que pretendió contraer matrimonio, si bien los planes de boda se truncaron al enamorarse ella de manera inesperada de unos de sus sobrinos, casualmente Juan Ortiz Sainz.

También resulta curiosa la circunstancia de dejar un legado económico de 100.000 pesetas, para recibir de una vez o en renta mensual, a Doña Julia Esteban, residente en la plaza de Bilbao. Se desconoce qué relación le unía a esta señora pero ahí queda en su recuerdo y su última voluntad.

Pero Sainz Indo además de disgregar su patrimonio entre sus herederos, dejó un legado típico de emigrante.

Benefactor del Valle de Carranza.

Nunca olvidó la tierra en la que había nacido ni a sus paisanos. Sainz Indo hizo constantes inversiones para mejorar sus condiciones de vida. Cuando aún vivía, en la noche del 19 al 20 de febrero de 1876 se produjo un incendio en la Casa Consistorial de Carranza, que la redujo a cenizas, Miguel Sainz Indo encabezó, con una aportación de 10.000 reales de vellón, la suscripción popular que se hizo entre los carranzanos que residían en Madrid y que llegó a 41.000 reales de vellón, para su reedificación. Un real de vellón equivalía entonces a 25 céntimos de peseta.

Poco antes de morir, de acuerdo con un comportamiento muy frecuente entre los indianos tendente a promover obras de carácter pío, docente u hospitalario; Sainz Indo hizo un testamento en el que tuvo en cuenta a Carranza, y especialmente a uno de sus barrios, Lanzas Agudas, donde nació. De esta manera destino una parte de su fortuna a sufragar obras de infraestructuras y establecer cuatro fundaciones con diversos cometidos en este municipio.

A sus expensas se construyó la carretera que une Concha, hoy capital del Valle, con Lanzas Agudas, pues dejó 300.000 pesetas para el Ayuntamiento de Carranza. Dicha carretera tenía una longitud de 4,8 km. con un ancho de 4 metros.

Las fundaciones de Sainz Indo.

Las cuatro fundaciones recogidas en sus mandatos testamentarios se recogieron como: “Socorro para jóvenes emigrantes”, “Capellanía”, “Escuela de niños” y “Escuela de niñas”. Cada una de ellas contaba con su propio capital, sus rentas y su cuenta particular. Se consideraron las más importantes fundaciones constituidas en Carranza.

Dos de ellas estaban destinadas a la creación de sendas escuelas de niños y niñas en el pueblo de Lanzas Agudas y a la dotación de los correspondientes maestros. Otra, tenía por objeto la creación de una capellanía en la aldea del filántropo (Lanzas Agudas). Aquí, conforme a la escritura otorgada en Madrid ante Don José García Lastra el 21 de noviembre de 1888, entre sus testamentarios y los representantes del Valle de Carranza, se convino también construir una capilla panteón para Don Miguel Sainz Indo.

Foto-composición con imagen obtenida de “Crónica Gráfica del siglo XX”.

Lamentablemente, en la actualidad esta capilla panteón se encuentra en ruinas, si bien con ocasión del 200 aniversario de su nacimiento el Ayuntamiento tiene previsto adecentar el lugar con la ayuda y sensibilidad de los vecinos del pueblo que tanto le debe y así se le reconoce en una placa junto a su sepulcro.

La cuarta Fundación denominada “Socorro de Jóvenes Emigrantes” fue establecida para costear anualmente los gastos del viaje y primeras necesidades de veinte lugareños que quisieran emigrar.

Precursor del movimiento indiano.

La arquitectura es la huella más visible y destacada que nos dejaron los indianos del recuerdo de la unión entre dos mundos. Las Encartaciones ostenta el récord de casas de indianos en Euskadi. Hay más de cincuenta villas o casonas de indianos dispersas por dicha comarca, aunque la mayoría se concentran en el municipio de Carranza.

Como apuntábamos al principio del artículo, el bajo rendimiento de los cultivos y la escasa presencia de la industria, dominada principalmente hasta finales del siglo XIX por ferrerías y molinos impulsados por la fuerza hidráulica de los ríos, hacían difícil la subsistencia, estimulando la emigración a muchos carranzanos.

El gran movimiento indiano se produjo en los siglos XIX y XX, alcanzando sus cotas más elevadas a partir de la segunda mitad del siglo XIX. A ello contribuyó de una manera muy especial, por su proyección social y económica en el valle, la fundación instada por Miguel Sainz Indo, vigente entre los años 1887 y 1958.

Fundación de emigrantes.

Esta Fundación permitía la emigración hasta un máximo de veinte jóvenes varones naturales de Carranza al año hacia Madrid o diferentes países de América (Cuba, México y Puerto Rico, especialmente). Su objetivo era equipar y pagar el viaje a cada uno de estos jóvenes, así como hacerles una entrega en metálico de 500 reales al llegar a su destino para hacer frente a sus primeros gastos.

El equipaje consistía en una maleta con ropa y calzado. Llevaban un buzo de trabajo con un calzado apropiado para trabajar con una muda, para que no se olvidasen que iban a trabajar y que tendrían un futuro duro; además se les incluía un traje elegante con camisa y un calzado más fino, para que les ayudara a causar buena impresión si tenían que hacer tratos o negocios con alguien.

Después de unos años de actividad de la fundación, por acuerdo de la Junta Provincial de Beneficencia de Vizcaya, se adecuaron las condiciones a la nueva situación económica, reduciéndose a 12 las emigraciones, 6 para América y 6 para Madrid.

Hasta 1958, momento en que dejó de funcionar al agotarse los fondos, fueron muchos los carranzanos que emigraron buscando fortuna, más de 300 hicieron las Américas. Sus consecuencias son incalculables, puesto que, aunque la suerte de la mayoría de ellos no fuera muy grande, numerosas familias vieron mejorado su patrimonio directa o indirectamente, gracias al dinero que llegaba de América.

 “Cadenas migratorias” o “sobrinajes”

Los indianos establecían una cadena de sobrinajes, es decir, cuando se establecía el primero luego llegaban primos, sobrinos, hermanos o gente del pueblo. Eso no les garantizaba una mejor calidad de vida porque en la mayoría de los casos iban a trabajar en condiciones complejas, pero era un primer paso para labrarse un porvenir.

Se calcula que solo un 2% de los que marcharon hicieron fortuna. Y lo mostraron a su vuelta de forma ostentosa, evidenciando su nuevo status y su riqueza tanto en vida como en muerte.

Reconocimiento de su pueblo natal a Sainz Indo ilustre carranzano.

El salón de plenos del consistorio carranzano acoge a modo de homenaje un magnífico retrato de Miguel Sainz Indo firmado sin data por el afamado contemporáneo Luis de Madrazo (1825-1897). Se cree que esta obra debe proceder de su antiguo palacio madrileño y que probablemente fue depositada aquí a petición de los ediles en su tiempo.

En un óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 123 x 91 cm., el indiano, filántropo e ilustre carranzano Sainz Indo quedó inmortalizado. El cuadro tiene un formato de tres cuartos y modelado típico de la retratística de la época. Viste de levita negra, corbata de lazo del mismo color y camisa blanca de cuello rígido, portando guantes en su mano izquierda. Su elegante y refinada figura se recorta sobre un fondo neutro de tono ocre, dentro de un interior ciertamente sobrio, en el que sólo destaca parte del respaldo de una silla vistosamente tapizada, sobre la que apoya su brazo izquierdo.

Este retrato pictórico sirvió de punto de partida en 1945  a la hora de conmemorar con una escultura la figura de Sainz Indo por parte de la corporación local. El autor seleccionado para llevar a cabo esta obra fue el artista vizcaíno Ricardo Iñurria Arzubide (1908-1995), autor también de numerosos pasos de la Semana Santa bilbaína. Así, en recuerdo de un carranzano que tanto hizo por su tierra y sus gentes se erigió un busto en bronce que preside la plaza que lleva su nombre frente al Ayuntamiento de Carranza en el barrio de Concha.

Foto-composición con imagenes de Trueba Enkarterri

Finalmente, nos gustaría agradecer de antemano a todos aquellos lectores que de manera desinteresada quieran complementar este artículo con información de utilidad o realizar la corrección de errores que de manera involuntaria hayamos podido cometer.

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