Cata de vino amateurs: el arte de aprender a saborear el vino.

Se acerca el fin de semana y buscamos planear algo con lo que sorprender. Quizá te apetezca probar un plan diferente y atractivo que cada vez está más de moda para proponer a tu grupo de amig@s. Se trata de una cata de vino amateurs.

En Gailurretan queremos ofreceros una actividad divertida para aprender un poquito más sobre el mundo del vino en compañía de tus amigos o familiares.

cata de vino amateurs

Se trata simplemente de jugar, compartir y ganar un pelín de cultura del vino a través de la cata. Como aficionados al vino que somos, cuando probamos un vino sabemos si nos gusta mucho, poco o nos deja indiferentes. Con esta propuesta buscamos aprender a identificar sus matices. Diferenciar entre tipos de vinos, entender los parámetros sensoriales, reconocer ciertos aromas, sabores. Eso es lo que busca un winelover, un aficionado amateur del vino. No hace falta convertirnos en sumilleres para disfrutar del vino.

1. Elegir los vinos.

Os ofrecemos una serie de propuestas de cata adaptadas a vuestros gustos y presupuestos, según lo que busquéis experimentar con este mundo tan apasionante del vino. Nosotros nos encargamos de realizar una cuidada selección de vinos, principalmente tintos o blancos nacionales bien caracterizados para facilitar su reconocimiento.

2. Enfundar las botellas.

Elegidos los vinos atendiendo a vuestras sugerencias, enfundaremos cada botella para ocultar el nombre de cada uno de ellos y evitar cualquier tipo de pista. Retiramos las cápsulas, descorchamos las botellas y empezamos a servir las copas de los vinos a catar. Cada vino recibirá un número y ese será el nombre que pondremos en la ficha de cata.

3. Repartir las fichas de catas.

Os repartiremos una ficha de cata a cada participante y un bolígrafo, para que una vez expuesto el tema de cata elegido, vayáis apuntando vuestras impresiones sobre los vinos. Lo bueno es que en esta cata a ciegas no se presupone que seas un/a experto/a en la materia, aunque es cierto que si lo eres destacarás. Se podrán proporcionar pistas si así se solicita, hasta incluso conocer los vinos a probar, pero no el orden en que se sirvan.

4. Comenzar la cata a ciegas.

Iremos catando por orden y completando la ficha vino a vino. Tras la cata de cada vino se creará un pequeño debate acerca de los colores, aromas y sabores que habéis ido detectando. Os sorprenderá la variedad de opiniones que se genera y la intensidad de diálogo que se crea por ver quién lleva la razón. Seguro que os echáis unas buenas risas. Ante todo es un juego. Pero nos olvidéis de clasificar, describir y juzgar el vino, recordando bien todas las sensaciones obtenidas. Ser creativos.

Una vez hayáis probado varios vinos, resulta muy enriquecedor ir probando unos y otros para comparar matices.

5. Contrastar los resultados.

Al final de la cata, tras los comentarios, los intentos de identificación y la evaluación, se descubren las botellas. Seguidamente, se expondrán las notas de cata “oficiales” de cada etiquetado y comprobaremos quién tiene los sentidos más afinados.

Tras sumar las puntuaciones obtenidas de cada uno de los vinos, sabremos quién es el ganador de la partida.

¡Sería interesante conceder un premio a la persona ganadora! Ven, y descúbrelo.

Para completar la cata combinaremos el vino con algo de comida. Os prepararemos un menú degustación en forma de tapas maridaje, una por cada uno de los vinos a servir, además de un poco de agua que nos sirva de salto entre un vino y otro.

En una cata el vino no debe tragarse para no terminar embriagado. Pero aquí y ahora, no hacerlo sería un pecado porque todos nos merecemos un buen vino, o dos, o tres.

Anímate a conocer más a fondo el mundo del vino.

Si te consideras un amante del vino y no eres un experto catador, pero te quieres iniciar en este apasionante mundo del vino, seguidamente recogemos unas sencillas pautas para que de una manera amena cualquiera de nosotros podamos aprender a disfrutar más de las sensaciones que el vino ofrece.

Los datos clave de cada vino los podemos encontrar en la etiqueta y contraetiqueta de la botella.

El origen del vino, referido a la región geográfica o el país de origen, incluso a una denominación específica. La variedad de uva, los monovarietales se elaboran al 100% con una variedad; en los varietales, el 80% de su composición proceden de una sola variedad; y los multivarietales, han utilizado dos o más variedades y ninguna alcanza un porcentaje del 80%.

Además, el tipo de vino, es decir, si es blanco, rosado, tinto, espumoso, seco, dulce, etc. También se añade información sobre la crianza y su proceso de almacenamiento y envejecimiento. El número de lote o cosecha, que permite garantizar la trazabilidad de su proceso de producción y saber en qué año se dio origen a dicho vino. Asimismo, se incluye la graduación alcohólica, y en ocasiones referencias a premios y reconocimientos.

Muchas veces, en la contraetiqueta podemos encontrar información de la bodega, junto a una breve nota de cata o recomendación de maridaje.

Los vinos habitualmente tienen un reconocimiento geográfico de procedencia, que en el caso de España y otros países por ejemplo, son las llamadas Denominaciones de Origen. Además de una garantía de procedencia lo es de calidad, pues los vinos amparados por éstas deben someterse a una serie de controles.

Según los datos relativos a los sellos de calidad de 2023, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) tiene registrados en la Unión Europea un total de 101 Denominaciones de Origen (DO) y 42 Indicaciones Geográficas Protegidas (IGP), siendo uno de los países con más denominaciones de origen de la Unión Europea.

España tiene uno de los panoramas vinícolas más interesantes del mundo, junto con Italia y Francia. Es un paraíso para los amantes del vino, por su variedad, su calidad y su relación calidad/precio. En España se cultivan más de 200 variedades diferentes de cepas, entre tintas y blancas, de las cuales alrededor de 150 son autóctonas.

Las variedades, con algunas excepciones, están localizadas en un territorio en concreto, reflejando las tipicidades de cada región y en particular de su suelo y el clima característico de cada zona.

Veamos de una manera muy simplificada cuales son las uvas más conocidas que se cultivan en España, diferenciando entre tintas y blancas, autóctonas y de variedades foráneas.

Comenzaremos el recorrido por las variedades autóctonas con mayor presencia, cada una con sus características propias que reflejan la diversidad vinícola de España.

Tempranillo.

  • Región/DO: DO en Calatayud, Cigales, Costers del Segre, La Mancha, Ribera del Duero, Rioja, Somontano, Valdepeñas y Vinos de Madrid.
  • Nota de cata: la Tempranillo de la Ribera del Duero y la Rioja son como dos hermanos criados en lugares diferentes, y por tanto con matices distintos. Así, mientras la primera tiene aromas a fruta negra y algo más de mineralidad, la segunda muestra más fruta roja y notas herbáceas, con toques de pimienta.
  • Curiosidades: es la variedad de uva tinta que más abunda y la estrella de los Rioja. Se llama así por su maduración temprana. Tienen buena longevidad.

Garnacha

  • Región/DO: Navarra, La Rioja, Aragón y Cataluña. / DO Calatayud, Campo de Borja,  Costers del Segre, Priorat, Somontano, Terra Alta y Vinos de Madrid.
  • Nota de cata: de tonos intensos Aromas frutales, taninos suaves y cuerpo medio.
  • Curiosidades: dependiendo de la zona geográfica puede variar mucho su aroma y sabor. Ideal para vinos jóvenes y crianzas.

Bobal.

  • Región/DO: principalmente Comunidad Valenciana y Castilla la Mancha. / DO Utiel-Requena, Valencia o Manchuela.
  • Nota de cata: bajo grado alcohólico, aroma fresco y herbáceo, color cereza intenso.

Monastrell.

  • Región/DO: Valencia, Alicante y Murcia. /DO Alicante, Almansa, Bullas, Jumilla, Valencia y Yecla.
  • Nota de cata: notable graduación, de color rubí intenso y ribetes violáceos, con notas especiadas. Muy robustos, con mucha estructura, ligeramente secos y carnosos.

Garnacha tintorera. 

  • Región/DO: frecuente en Albacete, Alicante, Ourense y Pontevedra. / DO Almansa.
  • Nota de cata: una combinación de fruta negra madura, especias y toques herbales; de estructura equilibrada y final persistente.
  • Curiosidades: aunque se la conoce como Alicante Bouschet, no es originaria de Alicante. Su intenso color hace que sea útil para mezclarse con tintos más claros.

Mencía.

  • Región/DO: Galicia y León. / DO Bierzo, Ribeira Sacra y Valdeorras.
  • Nota de cata: de color púrpura, frescos, afrutados con toques florales, aterciopelados, ácidos y de graduación moderada, en su juventud muy aromáticos.
  • Curiosidades: expertos refieren su parecido a la uva francesa bordalesa cabernet franc.

Tinta de Toro.

  • Región/DO: zona de Toro y comarcas aledañas de Zamora.
  • Nota de cata: vinos muy aromáticos, de gran estructura y personalidad.
  • Curiosidades: su comportamiento enológico es parecido al de la variedad tempranillo, solamente que esta tiene una mayor riqueza de taninos, lo que la hace especialmente apta para producir vinos de guarda.

Cariñena.

  • Región/DO: Originaria de Aragón y Cataluña. / DO Calatayud, Costers del Segre, Montsant, Priorat y Terra Alta.
  • Nota de cata: duros y ácidos, de intenso color y sutiles aromas a frutas maduras.
  • Curiosidades: también conocida como Mazuelo en La Rioja, y Samsó en Cataluña. Se emplea para hacer coupages con otras variedades como la garnacha o el cabernet sauvignon.

Graciano.

  • Región/DO: La Rioja y Navarra
  • Nota de cata: tánicos, broncos y ásperos. Especiado e intensamente perfumado.
  • Curiosidades: experimentan una magnífica evolución durante la crianza, por ello intervienen en los reservas. Con frecuencia aparece mezclada con otras variedades.

Prieto Picudo.

  • Región/DO: de tierras leonesas por excelencia. / DO Bierzo.
  • Nota de cata: no muy coloridos, muy aromáticos, con notas de regaliz, mucho cuerpo e intensos.

Callet.

  • Región/DO: típica de Mallorca. / DO Binissalem.
  • Nota de cata: Muy vigorosa, afrutada y responde perfectamente a la crianza en barrica.
  • Curiosidades: se complementa perfectamente con Manto Negro, autóctona también de las Islas Baleares.

Negramoll.

  • Región/DO: Islas Canarias en especial de la DO Tacoronte-Acentejo.
  • Nota de cata: ligeros, suaves, con aromas frutales, notas especiadas y toques minerales.
  • Curiosidades: suele usarse combinada con otras variedades, en particular el Listán Negro, variedad con cierta presencia en el norte de Tenerife.

Brancellao.

  • Región/DO: autóctona de Galicia. / DO Rias Baixas, Ribeiro y Ribeira Sacra.
  • Nota de cata: aporta poco color al vino, aunque de gran calidad.

Tintilla de Rota:

  • Región/DO: originaria de la región de Cádiz. / DO Jerez-Sherry. 
  • Nota de cata: con cuerpo medio, taninos suaves, notas de frutos rojos y acidez equilibrada.
  • Curiosidades: perfecta para vinos generosos y dulces.

Otras uvas autóctonas.

Quizás menos conocidas pero no por ello de peor calidad, son: Maturana, originaria de La Rioja; Bruñal, de los Arribes del Duero; Rufete, en la sierra de Salamanca; Juan García, de la comarca zamorana de Fermoselle; Negra de Madrid, abundante en Madrid, Zamora y Toledo; Sousón, Caíño tinto y Loureiro tinta, autóctonas gallegas de la DO Rías Baixas y Ribeiro; Albarín Negro, Verdejo negro y Carrasquín, de origen asturiano; Trepat y Sumoll, en Cataluña y Baleares; Vijariego Negro, Islas Canarias; u Hondarribibeltza, que se encuentra en Gipuzkoa y Bizkaia y se usa para la elaboración del Txakolí tinto.

Por otra parte, las variedades de uvas tintas internacionales más conocidas aclimatadas a nuestros campos y que representan casi el 10% del cultivo nacional, son: Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Pinot Noir y Petit Verdot, junto con las variedades blancas Chardonnay y Sauvignon Blanc.

Cabernet Sauvignon.

De origen francés, concretamente de la región vitivinícola de Burdeos, está presente en todos los continentes. Se encuentra en Cataluña, Navarra y la Ribera del Duero, principalmente. Presenta un intenso color rojo, con aromas afrutados y herbáceos. El tiempo en barrica los equilibra hasta alcanzar elegancia.

Merlot

Típica de la zona de Burdeos en Francia. En Cataluña, Navarra, Aragón, La Mancha y Ribera del Duero es muy habitual esta uva. Producen vinos muy rojos, con poca acidez, muy aromáticos y aterciopelados.

Syrah.

Con importante implantación en el centro y sur de Francia, es otra de las variedades muy extendida mundialmente. Se puede encontrar en la zona de La Mancha y de Levante, aunque algunos vinos del Somontano también contienen mezcla de esta uva. Recuerda aromas especiados y con notas a frutos negros.

Pinot Noir.

Es originaria de la Borgoña en el centro de Francia. Se usa en el Penedés. A pesar de tratarse de una variedad tinta constituye la base de la elaboración del champagne blanco. Produce unos vinos delicados y elegantes muy apreciados.

Petit Verdot. 

De origen bordelés, y especialmente más utilizada en el Médoc. Empieza a dar los primeros vinos en España.

Como podréis comprobar también contamos con un  importante patrimonio enológico de uvas blancas autóctonas:

Verdejo.

  • Región/DO: Castilla y León. / principalmente en DO Rueda.
  • Nota de cata: vinos frescos, con cuerpo y muy aromáticos que recuerda al olor de las frutas tropicales, hierbas y flores blancas.
  • Curiosidades: puede ser monovarietal o en ensamblajes con sauvignon blanc o viura.

Airén.

  • Región/DO: Madrid y Castilla La Mancha.
  • Nota de cata: vinos de color pálido y de baja intensidad en nariz, con recuerdos frutales a plátano.
  • Curiosidades: una de las más plantadas en la península. Durante mucho tiempo se ha tenido por una uva de no muy buena calidad, tendencia que está variando, con las nuevas técnicas utilizadas en enología.

Xarello.

  • Región/DO: DO Costers del Segre, Penedès, Tarragona, y en la Denominación Cava.
  • Nota de cata: vinos muy aromáticos.
  • Curiosidades: junto a Macabeo y Perellada es la triología del cava del Penedès. Xarello aporta acidez al cava; Macabeo, grado y aromas de manzana, y Parellada, finura.

Macabeo.

  • Región/DO: La Rioja y Cataluña, menormente en Aragón. / DO Calatayud, Costers del Segre, Navarra, Penedès, Rioja, Somontano, Tarragona y Terra Alta.
  • Nota de cata: ácidos y secos, con aromas cítricos y florales.
  • Curiosidades: también llamada Viura. Versátil, se utiliza en vinos jóvenes y cavas.

Albariño.

  • Región/DO: autóctona de Galicia. / DO Rías Baixas.
  • Nota de cata: elegante, muy afrutado (naranja y melocotón) y floral (madreselva).
  • Curiosidades: permite también la fermentación y crianza en madera.

Godello.

  • Región/DO: autóctona de Galicia. / DO Valdeorras y Bierzo.
  • Nota de cata: tiene un sabor dulce y gran poder aromático a fruta madura con una acidez bastante marcada.

Treixadura:

  • Región/DO: autóctona de Galicia
  • Nota de cata: con buena acidez y estructura, aromas frutales (manzana, pera) y hierbas.

Garnacha blanca.

  • Región/DO: Aragón, Navarra, La Rioja y Cataluña. / DO Alella, Costers del Segre, Tarragona y Terra Alta.
  • Nota de cata: vinos frescos, con cuerpo y buen nivel de alcohol, agradable aroma a fruta madura, con notas florales y herbáceas. Es una uva carnosa y golosa.

Malvasía.

  • Región/DO: típica mediterránea, sobre todo, en Levante y Cataluña. / DO Calatayud.
  • Nota de cata: vinos muy aromáticos y personales, con matices florales y frutales.
  • Curiosidades: es una de las variedades más versátiles con la que se elaboran vinos con crianza, cavas y vinos dulces.

Moscatel.

  • Región/DO: Málaga y Valencia.
  • Nota de cata: dulce y con intenso aroma a uvas, flores y miel.
  • Curiosidades: con ella se producen vinos secos, dulces y mistelas. Son muy utilizados en los postres.

Palomino.

  • Región/DO: principal variedad de los vinos de Jerez. También se cultiva en Canarias, Galicia, Castilla y León y otras zonas de Andalucía. / DO Jerez, Montilla-Moriles y Condado de Huelva.
  • Nota de cata: muy frescos, secos, con matices de almendras amargas y notas salinas.
  • Curiosidades: es la uva reina de los vinos generosos como el Jerez y la Manzanilla. Perfectos para un aperitivo.

Pedro Ximenez.

  • Región/DO: Córdoba, Málaga y Cádiz. / DO Jerez, Málaga, Montilla-Moriles y Valencia.
  • Nota de cata: a pesar de ser de uva blanca sus vinos tienen una tonalidad oscura, con un alto contenido en azúcares.
  • Curiosidades: otro de los blancos dulces por excelencia. En muchas ocasiones se mezcla con la variedad moscatel.

Hondarribizuri.

  • Región/DO: Gipuzkoa y Bizkaia. / DO Txakoli.
  • Nota de cata: intensos aromas a pera y frutas exóticas, así como matices cítricos, herbáceos y florales, con notable acidez y una graduación alcohólica de media a moderada.
  • Curiosidades: la versión blanca es más frecuente en las DO Txakoli.

Pardina. 

  • Región/DO: Badajoz, comarca de la Ribera Alta del Guadiana y Tierra de Barros.
  • Nota de cata: de color amarillo pajizo y aromas intensos a fruta madura. En boca, es alegre, fresco y persistente.

Cayetana. 

  • Región/DO: Extremadura.
  • Nota de cata: los vinos son amarillo pálido con reflejos verdes, con aromas complejos que recuerdan a frutas maduras.
  • Curiosidades: sirve para equilibrar algunos vinos debido a su neutralidad.

Otras uvas blancas autóctonas:

Torrontés y Loureira, originarias de Galicia; Picapoll y Gual,autóctonas de Cataluña; Subirat Parent, considerada la variedad principal en la DO Penedès, se cultiva también en Rioja, donde recibe el nombre de malvasía riojana; Albillo,en las DO Ribeiro y Vinos de Madrid; Malvar, abundante en Madrid, Guadalajara y Toledo; Alcañón, autóctona de la zona del Somontano; Verdil, presente en Alicante y Murcia; Merseguera, de Valencia, y Tarragona; Forastera y Verdello, en algunas zonas canarias; Listán blanco, sinónimo de palomino fino en Canarias; Moll, también llamada prensal, en buena parte de los blancos mallorquines; o Zalema, presente en Huelva y Sevilla.

Chardonnay.

Originaria de la región francesa de Borgoña. Presente principalmente en Cataluña. Contemplada en el Reglamento de los vinos espumosos y en los de Costers del Segre y Navarra. Produce unos vinos blancos de color dorado y sabor muy afrutado.

Sauvignon blanc. 

De origen francés. Se cultiva, sobre todo, en Castilla y León y Cataluña. Se comporta muy bien en vinos sometidos a crianza y en los cavas.  Produce vinos elegantes, secos y ácidos. Se caracteriza por sus marcados aromas herbáceos.

Chenin blanc.

Proviene de Francia, concretamente de la zona del Loira. Pero es una variedad muy extendida, la podemos encontrar en los vinos de la DO Penedés. Presenta tonalidades amarillo verdosas con reflejos dorados. En aromas recuerda a repostería y frutos secos. Son vinos frescos, afrutados y ligeros.

Riesling. 

Originaria del Rhin. Esta presente fundamentalmente en Cataluña. Tienen una acidez elevada y un punto afrutado cítrico y floral. De gran calidad y con aroma característico.

Gewürztraminer.

Procede de Italia y se cultiva también mucho en Francia. Las DO con mayor extensión son Penedés y Somontano. Es una uva blanca de hollejo rosado que produce uno de los vinos dulces y semidulces de aroma floral característico y muy distintivo.

  • Jóvenes (también denominados del año o nuevos): si se obtuvo en la misma campaña que la que indica el etiquetado.
  • Semicrianza: cuando han pasado un pequeño tiempo en recipientes de madera. También son llamados coloquialmente “roble”.
  • Crianza: han pasado 2 años de crianza, en los que al menos 6 meses han sido en barrica y los otros 18 en botella.
  • Reserva: en el caso de blancos y rosados, las condiciones serán como en los crianzas. Si son tintos, deberá haber sufrido una crianza de 3 años, de los que 12 meses han sido en barrica y 24 en botella.
  • Gran Reserva: estos vinos deberán tener una crianza de 4 años, con 6 meses en barrica en el caso de blancos y rosados. Los tintos pasarán 5 años de crianza y un mínimo de 18 meses en barrica y el resto en botella.

Las graduaciones habituales de los vinos suelen ser: Blanco, entre 9 y 12%. Rosado, entre 9 y 12%. Tinto, entre 12 y 15%, Espumoso: entre 12 y 14%.

Si haces un movimiento rotatorio con la copa y dejas que el vino toque las paredes de la copa hasta que caiga poco a poco en forma de “lágrimas”, podrás apreciar la viscosidad del vino. Si caen lentamente y son más amplias, el vino es denso y posee un grado de alcohol alto, por ejemplo los vinos generosos. Por el contrario, si las lágrimas caen ligeras y rápido, se trata de un vino muy fluido y de bajo grado alcohólico, por ejemplo un blanco joven.

A la hora de servir se debe llenar poco cada copa, no más de un tercio y a una temperatura en la cual sus aromas y sabor puedan percibirse en su máxima expresión. Ni el vino tinto debe estar a temperatura ambiente, ni el blanco frío.

  • De 5º a 8ºC: blancos jóvenes, espumosos, finos y manzanillas
  • De 8º a 10ºC: rosados, blancos muy dulces
  • De 10º a 12ºC: blancos con crianza, amontillados, olorosos y oportos
  • De 12º a 14ºC: tintos jóvenes
  • De 14º a 16ºC: tintos con crianza
  • De 17º a 18ºC: tintos reserva y gran reserva

Catar un vino resulta un auténtico viaje para nuestros sentidos, especialmente para la vista, el olfato y el gusto, a través de los cuales vamos a poder explorar sus características y propiedades.

En primer lugar, coge la copa siempre por el tallo o la base para no calentar el vino e inclina la copa unos 45º sobre un fondo blanco, una servilleta por ejemplo, también se puede poner la copa sobre la palma de la mano, para analizar su apariencia o lo que es lo mismo beber con los ojos.

Aquí nos fijaremos en su aspecto (limpio, brillante, turbio, apagado) y en su color. El color del vino nos dará una idea de la edad del vino. Los colores luminosos y brillantes nos indican que estamos ante vinos jóvenes, a medida que el vino envejece se va “apagando”.

Los blancos jóvenes son amarillo pálido o pajizo, con el tiempo evolucionan a dorados, oro o ámbar. Los rosados son rosa pálido o rojo claro y con el tiempo se vuelven asalmonados. Los tintos jóvenes son rubí o cereza, si es granate o teja seguramente esté más envejecido, siendo crianzas o reservas.

En esta fase, se procede primero a oler el vino a copa parada, acercando la copa sutilmente a la nariz para apreciar los olores primarios o varietales, propios de la variedad de uva. Para identificarlos correctamente, es conveniente que inclinemos la copa unos 45º (así aumentará la superficie de vino que está en contacto con el aire).

Después, se agita la copa lentamente con movimientos circulares, ya que de esta manera se intensificarán los aromas del vino debido al intercambio de fluidos que se produce entre el interior de la copa y la superficie, se dice que el vino se oxigena, y se huele nuevamente para inhalar los secundarios, los que resultan tras la fermentación.

Por último, se procede a una tercera agitación un poco más enérgica, con movimientos circulares contrarios a las agujas del reloj, para poder distinguir los aromas terciarios o bouquet, aquellos que se desarrollan durante la crianza en barrica y su posterior envejecimiento.

Entre los aromas primarios o varietales, podemos identificar:

  • Frutales: cítricos, frutas exóticas, frutos rojos, fruta verde (manzana, pera), con hueso (melocotón, albaricoque), seca (higo, orejón), etc.
  • Florales: jazmín, violeta, lila, rosa, azahar, acacia, etc.
  • Minerales: relativos al terroir en el que se ha desarrollado la cepa, aromas a tiza, yodo, sílex, grafito, nafta, etc.
  • Vegetales: heno, hojarasca, pimiento, menta, hinojo, tomillo, laurel, anís, trufa, café, etc.

En la categoría de los aromas secundarios o de fermentación distinguimos:

  • Fermentados: evocan recuerdos a levadura, a panadería, bollería, galletas, etc.
  • Lácticos: mantequilla, leche, yogur, queso fresco, etc.
  • Amílicos: barniz, esmalte, caramelo, etc.

Dentro de los aromas terciarios o “bouquet” encontramos:

  • Amaderados: incienso, tostados, balsámicos, pino, cedro, roble, eucalipto, regaliz, tabaco, etc.
  • Empireumáticos: cacao, tostados, cuero, pieles, tinte, almizcle, sangre, oxidación, etc.
  • Especiados: ahumados, canela, pimienta, vainilla, nuez moscada, clavo, etc.

Es una herramienta diseñada para ayudarnos a identificar y describir los aromas más encontrados en el vino. La rueda es un compañero ideal para la degustación de vino.

Finalmente, toca saborear el vino. En el primer sorbo debemos degustar el vino pasándolo de un lado a otro de la lengua, sin que sea un enjuague bucal, para tener las primeras sensaciones y apreciar los cuatro sabores básicos (salado, ácido, dulce y amargo). Si un vino consigue un perfecto equilibrio entre los cuatro, podemos decir que es un vino que presenta una buena estructura, que es redondo.

Tras evaluar el sabor, procede determinar la textura, considerando aspectos como el cuerpo, la astringencia, la acidez, el dulzor y la intensidad de los sabores. Aquí, el mundo del vino ha desarrollado su lenguaje propio. Por eso hablaremos de untuoso o con cuerpo, si es denso; astringente, si es amargo, fresco o vivaz, si es ácido; elegante o delicado, si es aterciopelado. En este sentido, se puede calificar un vino de áspero, pastoso, meloso, sedoso, cremoso, carnoso, estructurado, cálido, dulce, amargo, sabroso, amable, áspero, redondo, suave, con personalidad, seco, meloso, agradable, empalagoso, etc.

También tenemos que estar atentos al postgusto o persistencia, que hace referencia a la sensación que nos deja el vino; así diremos que es persistente o largo, si tras el trago perdura el sabor en boca vía retronasal (largo si persiste unos 10 segundos, corto si es menos de 2 segundos).

Ahora ya solo queda empezar a hacer pruebas y lanzarse para disfrutar de una cata de vinos con un toque muy especial. Esperamos que gracias a este post ya no sientas que vas tan a ciegas.

Comenzaremos con 35 términos relacionados con el mundo del vino. No son los únicos, pero sí un buen punto de partida desde donde familiarizarse un poco con ellos y desmitificar ese pretendido elitismo del mundo del vino.

Abocado: se refiere a vinos blancos, normalmente secos, que presentan cierta connotación dulce, debida a la presencia de azúcares residuales de forma natural. Este dulzor equilibra su acidez.
Acidez: se refiere a la frescura y vivacidad de un vino en boca. Un vino con buena acidez se siente ligero y refrescante en el paladar. La acidez también es vital para la longevidad del vino, permitiendo que se conserve mejor.
Amable: se dice del vino que es muy afrutado y posee buen equilibrio, pudiendo a veces resultar algo abocado. Muy agradable en la cata.
Amargo: gusto específico que se aprecia en la parte posterior de la lengua. No debe ser confundido con el sabor del tanino o con los sabores metálicos.
Armónico: se dice del vino muy equilibrado en sus componentes.
Áspero: vino rudo y astringente que transmite sensación de dureza y se agarra al paladar.
Astringente: característica de un vino que produce sensación de aspereza en boca debida, principalmente, a una abundante presencia de taninos.
Aterciopelado: a la vez suave y fino al paladar.

Brillante: vino perfectamente límpido y transparente.
Bouquet: es el conjunto de aromas complejos que se desarrollan a medida que el vino envejece en la botella. Se forma a través de procesos químicos y puede incluir notas como cuero, tabaco, trufa o frutos secos.

Carbónico: se refiere al gas (dióxido de carbono o anhídrido carbónico) que se origina como producto durante la fermentación alcohólica. La presencia de este gas dota al vino de cierto frescor.
Coupage: proceso en el cual se mezclan diferentes vinos y variedades procedentes de una misma, o de diferentes cosechas. Se hace con el fin de, o bien unificar las características de las diferentes partidas, o bien complementar las características de los diferentes vinos entre sí.
Crianza: proceso de maduración y envejecimiento de un vino durante el cual desarrolla sus características particulares. En los vinos tintos, lo normal es que parte de la crianza se desarrolle en barrica, y parte en botella.
Cuerpo: se refiere a la sensación de consistencia de un vino en boca. Este puede ser ligero, medio o completo y está influenciado por factores como el contenido de alcohol, la cantidad de azúcar y la concentración de sustancias extraídas de las uvas durante la vinificación.
Carnoso: vino completo, lleno y bien estructurado, con peso en la boca.
Complejo: vino que ofrece una amplia gama de sensaciones, armonía y equilibrio.
Corto: de sabor débil y fugaz, sin persistencia.

Efervescente: que desprende carbónico.
Elegante: se dice de los vinos armoniosos y sutiles.
Empireumático: aromas que aparecen en los vinos generalmente en su etapa de crianza en botella. Recuerdan al cuero, las pieles mojadas, la caza, etc. y resultan muy agradables.
Equilibrado: vino que presenta un conjunto armonioso de caracteres, sin que ninguno sobresalga sobre los demás.
Estructurado: se dice de un vino cuando presenta una buena organización de las sensaciones en boca, es decir, cuando presenta un buen equilibrio entre sabor, acidez, cuerpo, etc.

Delicado: vino que ofrece sensaciones sutiles y delicadas en la boca. Quizá no muy intenso, pero sí armonioso, vivo y agradable.
Fermentación: es un proceso natural donde los azúcares presentes en el jugo de uva se convierten en alcohol y dióxido de carbono por acción de las levaduras. Este proceso, que puede durar de días a meses, es crucial para determinar el sabor, aroma y cuerpo del vino resultante.
Fresco: vino de buena acidez que transmite a la boca una agradable sensación de frescor. Generalmente se aplica a vinos jóvenes.

Largo: que deja en la nariz y la boca una sensación agradable y prolongada.
Límpido: sin turbiedades. Limpio a la nariz, sin olores extraños.

Maceración: es el proceso en el que las pieles, semillas y tallos de las uvas permanecen en contacto con el mosto (jugo de uva) durante la fermentación. Este proceso extrae los taninos, color y aromas de las pieles al vino. La duración de la maceración puede variar, afectando el sabor y cuerpo del vino final.

Retrogusto: sensación que retorna a la boca momentos después de ingerido el vino.
Retronasal: aromas que percibimos cuando el vino aún está en la boca y después de tragarlo. Se debe al efecto que el vino imprime en nuestro sentido del olfato cuando sus partículas volátiles llegan a las fosas nasales a través de la laringe.

Sulfitos: son sales de azufre que pueden encontrarse en el vino de forma natural o añadida. Tienen efectos conservantes y antioxidantes sobre el vino y también ayudan a limpiar su color.

Taninos: son compuestos naturales presentes en la piel, semillas y tallos de las uvas que aportan estructura y complejidad al vino. Son responsables de la sensación de astringencia y sequedad en la boca al beber vino tinto. Contribuyen al proceso de envejecimiento del vino, mejorando su sabor con el tiempo.
Terruño/Terroir: se refiere a las características únicas de un lugar que influyen en el sabor y las características de las uvas cultivadas allí. Incluye factores como el clima, el tipo de suelo, la topografía y las prácticas vitícolas. Afecta a la estructura, aroma y sabor de un vino.

Untuoso: vino fluido y oleoso, que impregna la mucosa bucal.
Velado: vino ligeramente alterado en su limpidez.

Como en todo tipo de reseña o valoración que se hace de cualquier producto o servicio que podamos encontrar, el objetivo principal es aportar valor al consumidor a la hora de elegirlo o no.

Estas valoraciones se publican en guías especializadas en vinos o revistas, y tienen diferentes escalas. La más extendida es la americana, que puntúa de 50 a 100 puntos. Las principales referencias son las listas de los críticos del vino Robert Parker, James Suckling o José Peñín.

La regla más conocida de acompañamiento es el blanco y rosado con pescados, mariscos y platos suaves (ensaladas, aperitivos) y el tinto para carnes, asados, guisos y platos contundentes en general. Sin embargo, en el mundo del maridaje las reglas se han relajado y ya no hay tanta exigencia. No pasa nada si combinas un tinto con un pescado o un blanco con una carne roja.

Eso sí, si se quiere disfrutar de una experiencia gastronómica completa donde la combinación de sabores, texturas, acidez y tanicidad sean perfectas, es recomendable tener en cuenta varios aspectos a la hora de elegir un vino para un determinado plato.

Las 4 claves para escoger el vino perfecto para una comida:

  • Sobriedad: Lo ideal es servir un mismo vino durante toda la comida. Muchos excesos de sabores diferentes podrían aturdir al paladar. Para elegirlo, ten como base los sabores del plato principal.
  • Equilibrio: Es importante que entre los sabores del vino y del plato exista un equilibrio, incluso que se realcen el uno al otro. Así, los vinos ligeros combinan bien con comidas ligeras y los vinos fuertes, con mucho cuerpo y envejecidos, con comidas de sabor más fuerte o especiadas.
  • Texturas: Los vinos más astringentes con los platos más grasos y los vinos más afrutados con los sabores más salados y dulces.
  • Armonía: Si decides servir diferentes vinos, lo ideal es ir sirviéndolos de manera ordenada para ir, poco a poco, reconduciendo al paladar hacia un punto final culminante. Se aconseja servir los blancos antes que los tintos, los secos antes que los dulces y los jóvenes antes que los viejos.

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